domingo, 8 de julio de 2007

Felicidades ajenas

Siempre hay algo nuevo que descubrir, una nueva variedad de envidia suele ser lo más habitual, contra la que hay que luchar, más que nada para evitar posibles ulceras gastrointestinales, o para evitar que esa asquerosa sensación que llamamos envidia se quede con nosotros, porque después puede llegar el "amargamiento", que suele pagarse con los convecinos, que no tienen nada que ver.
Muchas veces necesitamos determinar quién debe ser feliz y quién no, y en caso de que ése que creemos que no debe ser feliz lo sea, se nos abre todo un mundo de envidias, frustraciones, remordimientos, en fin, que el genero humano es muy retorcido y hay muchas variedades de pensamiento malsano.
Otras veces, para evitarnos entrar en ese mundo paralelo de malas ideas, nos dedicamos a reflexionar, y aquí he encontrado dos opciones, o tener alma de Teresa de Calcuta y resignarse, lo cual siempre acaba en el pozo de las negras envidias, sobretodo en momentos de bajón, y que leches, Teresa de Calculta sólo ha habido una, y vete a saber. Lo que si sé es que los demás no somos más que Homo Homini Lupus, así que no es una buena táctica dedicarnos a poner la otra mejilla y argumentar aquello del "bien ajeno es mi bien", porque al final siempre nos sentimos imbéciles a los que la vida no da más que palos.
La otra opción, creo que más habitual, o que más he usado yo, es la de desprestigiar al envidiado, para que así su felicidad no sea tu felicidad, es decir, "qué va a apreciar Menganito!" o "bueno, con lo fácil que es conformarse con ese medio dedo de frente que tiene!" o "jamás llegara a mi nivel de sensibilidad!", etc.
Pero esa tampoco es una buena solución, ya que nadie tiene un ego tan grande, y cuando tienes un día jodido te acuerdas de que Mengano están siendo feliz y tú no, por aquello de que, la base de la envidia está en la "telepatía", creemos que Mengano es feliz de manera perpetua, y eso jode mucho. Y porque, reflexionando un poco más, eso supone asumir también que has confiado tu amor, amistad, o lo que sea, a alguien estúpido, y encima te ha hecho sufrir. Eso si que es difícil de digerir, eso es envidia "plus" decepción con uno mismo. Aunque esto es muy habitual, mucho. De este tema nuestras bilis hacen seminarios internacionales.
Así que de una manera u otra, por un camino más largo, o más corto, siempre acabamos en el pozo negro del pensamiento malsano.
Yo he encontrado una nueva variedad, no se si más sana, no se a qué se debe exactamente, y aunque haya cosas que me escuecen, y aprovecho para hacer una petición: chicas, de verdad, no quiero volver a tener que ser yo la que calme vuestras iras, ahorraros como mejor sepáis saber qué hace o deshace (no vuestros "decepcionados", me refiero al mío), o haced lo que hice yo, omitir su existencia, lo que queráis, pero respetad que no quiera saber de él, aunque me veáis bien y fuerte, una tiene su corazoncito.
El caso es que he conseguido no sentir envidia, así de estas que he contado, he logrado desearle felicidad sin mi a su lado, me siento muy feliz de tenerle lejos, de que no cuente en mi vida para nada, de haber estado un año entero barriéndolo, poquito a poquito, sin dejar ni una mota de polvo, aunque en ocasiones me duele haber barrido también los momentos bonitos, pero es que me quedan muy lejanos y encima, con el peso de toda la ponzoña posterior, anulados. Lo mismo cuando sea viejecita me acuerdo.
Creo que, simplemente, dejé de quererle hace mucho tiempo.
Ahora, el peaje, para no sentir envidia, me parece demasiado caro.

3 comentarios:

Nagore dijo...

holaaaaaaaaaaa

pues esta milindroide se encuentra en la fase de odio hacia él y decepción hacia mi misma.

Haber si no tardo mucho en llegar a la indiferencia..:S

Milin dijo...

Milin al habla:
Que si, Nagore, tu confia en la abuela Milindrisa, que sabe mucho del tema, y si tienes alguna recaida y necesitas hablar, aqui estoy, para lo que quieras, pero no pierdas nunca la esperanza de que del pozo se sale, mucho ánimo!!!!!!

profe dijo...

es un buen paso el que has dado, me alegro por tí. Besos

nagoreee: nena, lo mismo te digo, aquí me tienes. + besos