Verano de 1975, Madrid
- ¿Qué pasa, Fernando?- dijo Alfredo, entrando en el cuarto de su amigo
- Psst, aquí estoy... aburrido... Joder, ¡qué calor hace!
- Tío, me acabo de comprar este disco, llevo meses detrás de el, ¿lo ponemos?- Alfredo se muestra ansioso.
- A ver...- Fernando se despereza de su cama, la colcha marrón echa fuego.- ¡Coño!, es el último de los Zeppelin, ¿no?- pregunta mientras mira la hipnótica portada.
- Sí, dicen que es cojonudo, ponlo ya.
Fernando se acerca al Kolster, un poco viejo ya, heredado de su hermano Enrique, y pone el disco, al azar, cara B del disco 1
- Tío, no jodas, ¡ponlo en orden!- se queja Alfredo
- No, así es más interesante- mientras, Fernando se enciende un Colorado y le ofrece a Alfredo.
La música suena, se quedan quietos, con el cigarro en los labios...
- ¿Qué es esto?- Fernando no da crédito
- Es la hostia...- Alfredo no cree que este sonando algo así, se echa en la cama, bocarriba, y apura el Colorado.- Ponla otra vez.
- Tío, ponla tú, yo no puedo moverme...
Cada vez que se descubre algo nuevo que nos conmueve se producen una serie de sensaciones increibles, aquello ya usado de "sentirse vivo", es algo atemporal, no importa que descubras una canción de hace 32 años a los 26, o a los 46 o que leas, admires, te caigas del guindo, etc. Te llena de energía igualmente, pero daría lo que fuese por poder trasportarme a ciertos momentos y vivirlos en 1ª persona (en resumen, quiero una maquina del tiempo, ya!!)
domingo, 14 de octubre de 2007
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1 comentario:
Pues que sea dos, habrá que preguntar si hacen descuento, porque me da que alguna otra cae. Tienes razón que no importa en qué momento descubrimos algo, puede que con 100 años de retraso y aun así, te remueve hasta lo más profundo de tu ser, esa sensación es única. un besazoooooo (mne encantó veros el otro díaaa).
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